Metódico y caótico
Santiago Barbuy (QEPD) vino desde Argentina piloteando un pequeño avión que él mismo diseñó, según me contaron. Y si no fue así, la historia le sentaba muy bien. Era un viejo sabio, un creador y un creativo en su ley, con una larga fila de diseños e inventos en su haber. Lo conocí mientras yo asesoraba a emprendedores en el CIDE-PUCP y él era profesor de Diseño Industrial en la Facultad de Artes. Lo traté poco, pero nuestras esporádicas charlas me marcaron significativamente y determinaron mi interés por investigar acerca de los misterios de la creatividad.
Un día, caminando por la universidad, pasamos cerca de una palmera. Entonces, Barbuy me dijo:
–Mira esta palmera: es ordenada, es simétrica, es rígida. Es como las personas disciplinadas y metódicas. Seguí escuchándolo para ver adónde llegaba el razonamiento.
– Otros árboles, en cambio, son caóticos, asimétricos, flexibles –continuó–. Todos los seres eligen una de estas dos opciones. O ser como una palmera: estructurados, metódicos, simétricos, disciplinados; o ser como un algarrobo: desorganizados, caóticos, asimétricos, indisciplinados, desequilibrados.
Todos eligen una opción para ser: el control o el descontrol; el orden o el desorden, las reglas o el azar, lo predecible o lo impredecible.
–Pero, ¿cuál de estas dos opciones resulta más útil para ser creativo? –me preguntó.
–Supongo que el orden y el control –respondí, como buen egresado de ingeniería.
–Justo al revés– me respondió–. Imagina una palmera y un algarrobo sembrados muy cerca uno de otro. A un lado de ellos han construido un edificio, que les da sombra a ambos. ¿Cómo harán para desarrollarse? La palmera solo conoce una forma para crecer; para arriba y en línea recta. Eso está determinado desde que era una semilla. El algarrobo, en cambio, ¿cómo crecerá?
–Crecerá torcido, buscando la luz del sol –respondí.
–Y solucionando su problema. Crecerá recibiendo el sol, mientras que la rígida palmera, sin luz suficiente, se verá limitada en su crecimiento. Así que, cuando quieras echar a andar tu creatividad, acuérdate de ser como el algarrobo.
Y seguimos caminando pues ya se nos hacía la hora para una reunión.